martes, 1 de julio de 2008

Crónica a cargo de Inaxio y Alex


Hoy hemos partido de nuestro campamento situado en Ordukas a las 7 de la mañana. Nos hemos dirigido a Goro II donde pasaremos la noche. Hemos superado un desnivel del 300 metros (de 4.000 metros a 4.300 metros), que a esta altitud es evidente. La etapa de hoy ha durado unas seis horas, que han transcurrido en su totalidad sobre el glaciar de Baltoro. Cada vez se ve más hielo en nuestro camino; el meandro del glaciar va perdiendo fuerza y el hielo se va imponiendo.
Hacia las las once hemos hecho un breve descanso a pesar de que estaba lloviendo, y a ratos, nevando.
Ya para entonces las dos "liebres" del grupo (Juan Carlos y Alfredo) "habían metido la directa" y se han perdido el almuerzo con el que nos han obsequiado los cocineros de la expedición, las próxima vez andarán más listos.
Hoy se han endurecido las condiciones meteorológicas: ya nadie se atreve a salir de la tienda de campaña sin el gorro, guantes, plumífero, etc. Alex, hombre de ducha diaria, no se ha podido duchar, a pesar de que mirara con deseo al agua del glaciar.
Ahora está soplando un viento que, según dicen, procede del K-2, y estamos a punto de emprender vuelo desde la tienda comedor.
Hablando un poco más en serio, hemos atendido a varios porteadores que, tras la dura etapa de hoy, presentaban todo tipo de dolencias relacionadas con los pies. Hemos hecho todo lo que hemos podido para ayudarles, pero dejándoles bien claro que no somos médicos, y que por ello, estamos muy limitados en este campo. Pero ellos han agradecido nuestra ayuda como si fuéramos profesionales de la medicina.
Oraintsu behelainoa sartu da ekialdetik gure kanpamenduan. Sukaldariak baikortasunez esan digu bihar eguraldi ona izango dugula eta ez dugula zertaz kezkatu. Nahi genuke arrazoia izango balu.



Reflexiones de un caminante mal llamado trekker (texto de Alex)
Siento una gran pasión por recorrer los últimos espacios vírgenes de la tierra, parajes inhóspitos y de gran belleza.
Ahora estoy en el Karakorum acompañando a una expedición al Broad Peak. Es un entorno de gran dureza pero que queda sobradamente compensado por la belleza de sus montañas y aquí he encontrado un grupo de expedicionarios con los que comparto una misma filosofía de vida, aunque los objetivos sean diferentes. Ellos persiguen una meta, que es conseguir llegar a la cumbre, como una forma de superación personal. En cambio, mis objetivos son más modestos: admirar y contemplar la naturaleza en su estado genuino.
En definitiva se trata de vivir tan intensamente como sea posible o lo que es lo mismo vivir varias vidas en una.
La meva admiració per aquests expedicionaris als quals els desitjo toda la sort per aconseguir els seus somnis.

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