sábado, 19 de julio de 2008

Crónica de la jornada, por Alberto Zerain


La expedición despide a Martín y Miguel

Hoy día 19 de julio, hemos continuado nuestro día de descanso obligatorio por el mal tiempo. Hemos convivido hasta la tarde con los recién llegados de cumbre, Martín y Miguel A. Hace unos minutos que se han ido, pletóricos de alegría. Nosotros, seguimos anclados en la morrena, esperando que la montaña nos dé otra oportunidad. Sin querer, las fechas van cercándonos y es nuestro deber mantener la motivación y ser conscientes de que en estos momentos, tras 19 días desde que llegamos al campo base, nuestra aclimatación es perfecta. Hemos dormido en el Campo 3 e incluso, en mi caso, he realizado el ataque a cumbre con Martín, Miguel A. y algunos más.


Aitor Las Hayas ascendiendo al Campo 3

Atrás quedan imágenes para el recuerdo de este ataque, la estampa de siete personas arrimando el hombro a partir del campo 3, todos a una para intentar abrir huella. Yo, descolgado por no querer madrugar tanto, por no haber dormido el día anterior (subida de campo base a campo 3 en 15 horas) salgo tres horas después dispuesto a reengancharme al grupo y a colaborar en el duro trabajo de abrir huella. Sin embargo, me siento traicionado por un dolor de cabeza que comienzo a padecer justo cuando alcanzo al grupo. No es nada, pienso, dejo pasar el rato. Contemplo el paisaje, maravilloso. Sigo de cerca al grupo pero no me atrevo a unirme, mi cabeza me sigue doliendo. ¿qué pensarán?, ¿creerán que mantengo la distancia para no colaborar?. Me resulta una situación embarazosa, mientras tanto contemplo el ritmo que lleva el grupo, al tener que abrir huella, el ritmo es lentísimo y soy consciente de lo que esto va a significar: llegar a horas tardías a la cumbre, con el peligro que estas cosas suelen traer. Así que decido, antes de poner en peligro mi integridad física, bajar hacia el campo 3 y después de un rato hacia el campo base. De esta forma ahora me siento con una perfecta aclimatación y sin una cumbre que hubiera supuesto tal vez un riesgo innecesario.

Así que ahora, todo el grupo se encuentra a la espera de que la montaña se muestre en condiciones para realizar un ataque definitivo a cumbre.
Últimamente, hay mucho revuelo por nuestro campamento, apareciendo visitas de gente de todas las expediciones, y eso que nos encontramos a 20 min. de paseo por un pedregal de los demás campamentos. Parece como si intuyeran que los ataques serios a cumbre se consolidaran en este territorio nuestro de la morrena.
Alberto Zerain

1 comentario:

Concordia dijo...

Quiero dar mi enhorabuena a todos los que hicisteis cima el otro dia, y sobre todo quiero mandar un abrazo muy fuerte a todos los miembros de la expedición, mereceis mi mas sincera admiración, sois una maravilla!!
Ahora coged fuerzas para cumplir vuestro objetivo!
ya no queda nada, estais rozando la cima, ya que el éxito ya lo habeis conseguido!!