lunes, 21 de julio de 2008

Crónica de la jornada, por Alfredo García

Llevamos tres días completos en el Campo Base después de que diéramos por concluida nuestra aclimatación, el cuerpo, ya recuperado del esfuerzo, pide guerra y todos estamos deseando ir a hacer un intento a cumbre, pero la climatología no nos lo está poniendo nada fácil...
Hoy, como los días anteriores, ha amanecido cubierto y pronto ha comenzado a llover, lo peor de todo es que los partes meteorológicos disponibles no muestran ninguna mejoría antes del 28 ó 29 de julio, pero seamos realistas, si no aciertan a tres días vista, ¿serán capaces de acertar con al menos ocho días de adelanto?. Nosotros por si acaso ya hemos puesto remedio, hemos decidido no hacer tanto caso al hombre del tiempo de estos lares (Mohammed Picazo) y a cambio nuestra mesa del comedor está presidida por una vela encendida y una estampa religiosa, imaginaros nuestro estado de desesperación en un colectivo tradicionalmente, cuando menos, escéptico; a estas alturas cualquier ayuda es necesaria.
La vida en el Campo Base, a pesar de ser nuestro hogar durante un mes, es muy dura: humedad, frío, inactividad..., pero lo más duro, sin duda, son las relaciones sociales, no por el contacto con la gente en sí, si no porque ese contacto viene inevitablemente unido a un intercambio culinario, lo que se traduce en que estamos comiendo desde que nos despertamos hasta que nos acostamos. Nos os podéis imaginar lo difícil que es elegir: lomo o jamón, queso o chipirones...
Esta mañana solo hemos parado de comer cuando nos hemos puesto a preparar las lentejas que servirían de plato único durante la comida, mientras otros compañeros iban a informarse a otros campamentos acerca de las intenciones de nuestros vecinos. Muchos de estos han desistido, en el K-2 se marchan casi todas las expediciones, aquí en el Broad Peak, se marchan al menos una de las expediciones de Iraníes y los Bielorrusos, cada vez quedará menos gente pero aquí la moral está alta, es más, hemos comentado la posibilidad de prolongar la estancia en Pakistán, con la única intención de buscar una ventana de buen tiempo que nos permita algún intento, en esto no hay unanimidad.
Mañana (y posiblemente los próximos días), más de lo mismo: hacer y recibir visitas, comer, comparar partes meteorológicos y como mucho dar algún paseo morrena arriba o morrena abajo.
Alfredo García (21/07/08)

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